A unas horas de dejar el cargo, el gobernador de Guerrero, Rogelio Ortega Martínez, afirmó que durante el año que estuvo al frente del Ejecutivo su trabajo evitó una insurrección armada que hubiera rebasado al estado.
Entrevistado en Radio Fórmula, se ufanó que deja al gobernador electo Héctor Astudillo Flores –quien asume el cargo este martes-, una entidad con gobernabilidad democrática.
"Héctor Astudillo recibe un gobierno con gobernabilidad, claro, con un nuevo Congreso, la legislatura 61, 80 de 81 ayuntamientos funcionando con las nuevas alcaldesas y alcaldes, un cabildo institucional en Tixtla, ya programada la elección para el 29 de noviembre próximo, de manera que entonces los 81 ayuntamientos estarán funcionando", aseguró.
El gobernador saliente aprovechó para aclarar que durante su gobierno no se entregó ninguna Notaría pública, como dio a conocer la revista Proceso, quien publicó que el gobierno de Rogelio Ortega vendió patentes para la apertura de Notarías públicas a amigos y conocidos.
Indicó que su mandato concluía ayer lunes a la medianoche y que trabajó de manera intensiva en el proceso de entrega-recepción.
Antes del mediodía se reunió con Astudillo para dar por concluido el proceso y que este martes a las 9 de la mañana rinda protesta ante el Congreso estatal.
Respecto a la situación de la entidad que entregará al gobernador priísta, Ortega recordó la difícil situación en que recibió la entidad, cuando miles de personas salían a las calles todos los días a realizar actos de violencia simbólica, incendios, destrucción de edificios públicos, de oficinas de partidos políticos, o el Congreso del estado, como consecuencia del Caso Iguala-Ayotzinapa,
"A mí me tocó esa situación que estuvo al borde de que se levantaran barricadas y que generaran enfrentamientos armados entre las fuerzas del orden y quienes se manifestaban todos los días, es decir, una rebelión, una insurrección armada que seguramente rebasaría al estado de Guerrero”, planteó quien este martes será exgobernador.
“Mi propósito fue entonces establecer una estrategia de diálogo con todos los actores, desde los dialoguistas hasta los más extremos, diseñar una estrategia de tolerancia máxima, extrema, y darle cauce institucional al conflicto para que se pudieran realizar las elecciones", agregó.
Reiteró que deja un estado diferente al que vivió, con problemas muy graves del crimen organizado y la violencia que vive desde hace nueve años, los problemas estructurales de pobreza y rezago social, pero insistió en que está muy satisfecho de lograr que se regresaran los 43 ayuntamientos que fueron tomados en forma simbólica por los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos.