Guerrero, una crónica desde el infierno narco


almomento.mx / Aquí en Chilpancingo, afirman que no darán un paso atrás hasta que les entreguen vivos a los normalistas

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Guerrero, una crónica desde el infierno narco
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Octubre 09, 2014 15:25 hrs.
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Juan Carlos Aguilar / › todotexcoco.com

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CHILPANCINGO, GRO, 9 de octubre (Al Momento Noticias).- En Chilpancingo, en Iguala o en Tierra Caliente, da igual: hoy nadie confía en nadie. El asesinato de tres normalistas y la desaparición de otros 43 vino a remover todo por acá. Entre traidores y halcones —vigilantes del narco— todos son sospechosos y las miradas inquisidoras así lo confirman.

Aunque todo transcurre con cierta tranquilidad, los lugareños saben que en cualquier momento puede venirse otra andanada de violencia. “Aquí no se sabe, joven, luego todo está más o menos en calma y de repente se sueltan. Por eso a las diez, once de la noche, ya no hay nadie en las calles”, relata un integrante de la Coordinadora Estatal de Trabajadores por la Educación (CNTE), la cual desde ayer inició un plantón en apoyo a las familias de los normalistas desaparecidos.

“La verdad es que siempre ha habido violencia en la zona, secuestros, asesinatos de estudiantes, pero ahora sí se salió de control el monstruo que creó el propio gobierno”.

“YA NADIE PARA ESTO”

Apostados desde ayer y por tiempo indefinido en el centro de Chilpancingo, afuera del palacio de gobierno, reconocen que no se esperaban un ataque así contra los estudiantes de la escuela rural de Ayotzinapa. “Se les pasó la mano; ahora ya nadie para esto”, advierte otro maestro en el entendido de que habla desde el anonimato.

Y ya nadie lo para porque fue la gota que derramó el vaso, luego de la larga cadena de agravios que ha habido aquí en Guerrero. Los maestros y activistas tienen buena memoria y difícilmente olvidan:

En diciembre de 2011 policías asesinaron a dos estudiantes de la normal de Ayotzinapa sin que hasta ahora haya habido ningún responsable. Y en mayo de 2013 fueron asesinados tres dirigentes de laUnión Popular Emiliano Zapata (UPEZ), de los cuales fue acusado como responsable directo el ahora “prófugo” alcalde de Iguala, José Luis Abarca. Ninguna autoridad, estatal o federal, hizo caso de las denuncias.

Por eso ayer, además del dolor y la incertidumbre, habló el hartazgo. “Ya estamos cansados de que nos traten así. Nosotros lo hemos permitido, pero ya basta. Si nos oprimen, si nos matan, al menos no hay que dejar que el gobierno viva en paz“.

La exigencia, aunque expresada de diferentes maneras, fue la misma: que el gobernador Ángel Aguirre abandone su cargo.

¡Aguirre Rivero, te pasaste de culero!” o “¡Aguirre Rivero, ya vete de Guerrero!“.

Horas antes, estudiantes, maestros, activistas y padres de algunos normalistas que se “salvaron de puro milagro” exigieron al presidente Enrique Peña Nieto (ya no le piden nada a ninguna autoridad local) que regresen con vida a los estudiantes y que encarcelen a los culpables. Quedó rebasado Rivero, quien aparece en algunas mantas dibujado con cuerpo de rata o con las manos ensangrentadas.

OTRA VEZ LOS ESTUDIANTES

Desde antes que Peña Nieto fuera presidente, tuvo que enfrentarse a la crítica de los estudiantes. Así lo hizo con los universitarios de la Iberoamericana en aquel bochornoso (para él, desde luego) acontecimiento cuando todavía era candidato presidencial.

También tuvo que enfrentar hace unos días la molestia de los estudiantes delInstituto Politécnico Nacional por el intento de cambiar, sin consulta previa, su plan de estudios. Luego vino la marcha del 2 de octubre a 46 años de la matanza de Tlatelolco, y ahora el levantamiento de los normalistas rurales de Guerrero.

Aquí en Chilpancingo, afirman que no darán un paso atrás hasta que les entreguen vivos a sus compañeros. Los normalistas de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa —la misma de donde surgió Lucio Cabañas y que fundara Lázaro Cárdenas—, ya alistan todo para luchar contra quien haya que luchar (“el gobierno y el narco son la misma cosa”).

Lo de ayer, dicen los enterados, no fueron amenazas sino el inicio de una guerra civil. “Aguirre quiere desaparecer las escuelas rurales del estado, pero no lo van a permitir. Ellos son los grandes defensores de la educación pública y la conciencia crítica del pueblo, por eso la saña contra ellos”.

Al final, dice de nuevo el integrante de la Coordinadora Estatal con el que hablo: “Cómo le digo.., aquí la cosa parece tranquila pero no es así. Se viene algo bueno. ¿Ve ese limpiaparabrisas que está allá? Pues ese es halcón. Aquí los que limpian los parabrisas son halcones…”.

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