Manlio perdido

El líder nacional del PRI tiene perdida la brújula ante el deterioro creciente de su partido en todo el país.
Conocer las atribuciones de cada cargo y conocer la representatividad social de su partido es de la más elemental condición para tener una dirección partidista. Más aún si se trata del presidente del CEN del PRI, partido que está en el poder.
Manlio Fabio Beltrones tuvo el desatino de afirmar que su partido, el PRI, será un actor central en la conformación de la Constitución de la Ciudad de México, cuando en realidad lo que se va a hacer, por lo menos en teoría es que a mayor representatividad mayor influencia en la elaboración del documento que insisten en llamar Constitución.
En la asamblea legislativa, conformada por 66 asambleístas, el PRI sólo tiene 8 legisladores. Pero sabemos que tiene un apéndice que es el Verde que cuenta con 3 incondicionales, que lo que diga el PRI eso hacen, se suman 11. Once de 66 corresponde al 16 por ciento.
Probablemente lo que quiere anunciares una participación del PRI no representada, es decir, impuesta través de las condiciones que norman la construcción del documento normativo, donde el Presidente de la república puede imponer a sus constituyentes, para decirlo en los términos de sus protagonistas.
Para Beltrones lo importante son las propuestas, esas que primero proponen y al ver que no avanzan, las imponen como sucedió con las reformas estructurales, así, dentro de ese esquema de del dirigente gandalla, señala: ’Tenemos propuestas en correspondencia y contamos con cuadros de gran capacidad para debatir el tema’. Pueden contar con el propio Presidente de la República pero carecen de representatividad en la ciudad de México y, por lo tanto, no pueden tener un papel central en la constitución de un documento normativo.
La representación social debe ponderarse por encima de las parceladas de poder otorgadas a diferentes partidos antes de que las elecciones del año pasado se llevaran a cabo. Ahí no tomaron en cuenta a Morena, que tiene la mayoría de legisladores en la Asamblea con 20.
Ha recomendados de partidos y participación en el debate sobre su aprobación, pero esto no implica que quienes participan en el debate puedan recomendar a alguien o inducir su nombramiento, como quiere hacerlo creer tramposamente Manlio Fabio.
Ahora que Enrique Peña Nieto declaró la guerra a quien era su incondicional amigo y cómplice, Miguel Ángel Mancera y que éste se quedara como perro sin dueño, el PRI puede absorber la voluntad de los perredistas como lo ha hecho en los últimos tres años y medio, en recuerdo de aquellos días de armonía del Pacto por México. Aun así tendría poco menos de la mitad de la representación real, ya que el PRD sólo cuenta con 17 asambleístas que sumados a los del Partido Verde y los priístas, apenas llegarán a 32 y con esa cantidad de porcentaje no pueden tener un rol central en la conformación del documento normativo para la ciudad de México.
Manlio en la nostálgica genética de su partido recurre a la práctica de la demagogia reiteradamente al decir que su partido ’participará con responsabilidad para cumplir a los ciudadanos en este histórico proceso de innovación institucional y democratización de la capital con una visión del siglo XXI’.
Eso puede ser bueno en caso de ser real, pero lo cierto es que un papel central no lo tendrá el PRI, a menos que sea a través de un ilícito electoral, que no sería nada extraño.